Desde 1603 los pescadores, al ir a la bahía, se encomendaban a la Inmaculada Concepción y los Santos Mártires en un altarcito adosado a la muralla.
En 1845, se acordó levantar una ermita, dedicada a la Inmaculada y a los Santos Mártires, en otro lugar abierto al mar. Este sitio fue el Alto del Barrio de Miranda. Las obras se realizan entre julio de 1848 y agosto de 1849.
Los marineros vibraban por la ermita que acogía a su Estrella del mar. Lo que hoy es Paseo de Menéndez Pelayo, nuestros mayores lo conocían como "Paseo de la Concepción", por nuestra ermita. Desde el arrabal, los santanderinos llegaban al Alto de Miranda a encomendarse a la Inmaculada y a sus Santos Patronos.
En 1916 la ermita está cerrada al culto por peligro de hundimiento.
Los redentoristas, desde un principio, desearon tener una fundación en la costa cantábrica. Ese lugar fue Santander. Con anterioridad habían desplegado su elocuencia numerosos redentoristas como los PP. López, Sarabia...
Las autoridades eclesiásticas pensaron en levantar allí una parroquia para atender aquella barriada todavía poco habitada. Fue entonces cuando se presentó la demanda de nuestros superiores. Al no poder nosotros regentar parroquias, en las cláusulas de aprobación de la fundación se decía que se atendería la catequesis, predicación, administración de sacramentos, atención a enfermos..., reservando para la parroquia (de Santa Lucía) los bautizos, matrimonios y entierros.
A comienzos de 1920 se adquiere en el paseo de Pérez Galdós una casita, denominada ‘Villa Gracia’, en la que se establece la comunidad y se habilita una capilla para el público. Comienza a existir canónicamente el día 20 de febrero bajo el gobierno del superior P. Marceliano Gil. Entre tanto se puso manos a las obras de la futura residencia e iglesia, obras que sufrieron notables retrasos, debido unas veces a prolongadas huelgas y otras a falta de recursos. El 28 de octubre de 1922 se traslada la comunidad a la nueva residencia; la iglesia sin embargo no logró recibir su solemne bendición hasta el 13 de octubre de 1928, de manos del anteriormente Superior Provincial, y ya obispo, Mons. Nicanor Mutiloa. La iglesia, de acuerdo con la dedicación de la antigua ermita, tiene como Patrona a la Inmaculada Concepción y a los Santos Mártires Emeterio y Celedonio.
El culto era variable, considerable durante la época del verano, gracias a la afluencia de veraneantes, y más flojo en el resto del año, que ha ido en aumento debido al progresivo crecimiento de la población en el entorno. El trabajo fuera de casa ha sido también considerable, siendo Santander un buen centro misional durante muchos años.
La iglesia, durante la guerra civil, fue transformada en garaje, perdió los altares, objetos de culto, parte del zócalo de mármol, y el piso quedó muy deteriorado.
Andando el tiempo, en 1969, la iglesia fue convertida en parroquia, tarea con la que continúa en la actualidad y a la que está prácticamente consagrada la comunidad. Nuestra parroquia ve en la Inmaculada esa estrella que guía nuestro caminar.